5/11/13

EL POSITIVO Y EL NUEVO DESAFÍO


Hola, mi nombre es Angélica Guedes, tengo 32 años, soy casada hace casi 10 años y recientemente me torné mamá de un bebé que hoy tiene 1 año. En este espacio compartiré con usted mis descubrimientos en el nuevo universo materno, de la gestación hasta ahora. Espero poder ayudar a usted mamá, que como yo está viviendo los desafíos de cuidar y educar a un bebé, buscando siempre ayuda y fundamento en la Palabra de Dios.

Bueno, para conocernos mejor, voy a contarles como fue que supe que estaba embarazada. Las desconfianzas empezaron en el regreso de un viaje, cuando comencé a tener muchas nauseas en el avión cuando se preparaba para posar. Lo vi raro… nunca había tenido nauseas en el avión, para mi esos viajes son muy tranquilos… Pero, luego me vino a la mente: “creo que comí demasiado”. En la casa, se pasaron los días, y las nauseas iban y regresaban, y empecé a cogitar la posibilidad de estar embarazada. Me di cuenta que a cada rato sentía ganas de orinar… vino la duda y un frio en la espina. No hablé con nadie, ni con mi marido.

Hice una prueba de farmacia y, salió positivo… una montaña rusa se formó en mi panza y pensé: esas pruebas no son muy seguras. En el día siguiente me sentí muy mal y fui a la emergencia de un hospital, donde hice varios análisis de sangre para comprobar el embarazo, el médico, luego de algunas horas, me llamó al consultorio con una expresión un poco graciosa y dijo: Sra. Angélica, felicitaciones, los análisis salieron positivo, usted está embarazada, busque a un medico y empiece el acompañamiento. ¿Cómo? Me da una noticia de esas con esa tranquilidad, pensé. Pero, me quedé muda, sin reacción. Salí del consultorio con el resultado en la mano, muchas cosas pasaron por mi cabeza, pero luego al rato me reía sola.
Parecía que al mi rededor solo tenía madres con niños y mujeres embarazadas. ¿Cómo será que va ser?

Quizá amiga, usted esté leyendo mi relato y esté pasando una película en su mente de lo que está viviendo por descubrir que será mamá, o porque su embarazo no fue como le gustaría. Pero, no importa, las experiencias de un embarazo son únicas, cada mujer tiene las suyas. La misma mujer tiene experiencias diferentes de un embarazo a otro. El hecho es que, muchas cosas cambian adentro de nosotras, la manera de ver el mundo, de ver las demás personas y, principalmente, como vemos nosotras mismas.

Entendí que el bebé que estaba siendo formado adentro mío, necesitaba que yo fuera más que una mamá biológica, pero una Madre en Oración, que confiase su futuro, desde el vientre, en las manos de Dios. Delante de un mundo tan malo y destructivo, empecé a orar pidiendo sabiduría y condiciones para crear a mi hijo según la voluntad de Dios y no a mi manera, pues de esa forma yo sabia que no iba a quedar ansiosa, con miedo o insegura. Me refugie en Dios.

Por esa razón mamá, la invito a ponerse a disposición de Dios y a asumir el papel de madre, desde ya. Ese ser que está siendo formado adentro suyo, ya es totalmente dependiente de su cuidado, cariño y amor. Por ello, ponga su embarazo, su hijo y a usted misma en las manos de Dios.
Ore, pida ayuda a Él. Cuente a Dios lo que se pasa con usted. Sea sincera y usted tendrá respuestas maravillosas en su vida. En una próxima oportunidad, regresaré contando más sobre mi embarazo. Aproveche el espacio abajo y comparta con nosotras como fue o está siendo su experiencia.


"Enseña al niño el camino que debe seguir y aún cuando sea viejo, no se desviará de él"
Proverbios 22:6


20/10/13

PORQUE CREMOS Y CONFIAMOS


Cuando Virginia empezó a participar de la oración, su hija Joana de 25 años, estaba pasando por un momento muy difícil, pues se fue a vivir con un hombre que la agredía mucho, con palabras y físicamente, también era muy rebelde, estaba fumando, tomando, saliendo con malas amistades, no oía su mamá para nada. A cada día se apartaba más. Su mamá empezó a participar de la oración con el grupo, pidiendo a Dios para cambiar a su hija, que la sacase de ese sufrimiento en la vida sentimental, que la liberase de los vicios. Y, fue así que empezó a ver la respuesta en la vida de su hija. Ella pasó a acompañarle en las reuniones en la iglesia, se liberó de los vicios, de las malas amistades y está totalmente transformada por el poder de la fe y a través de la oración!


Madres en Oración – Boca del Río – México


Esa es Mirelia Chavarin de Mazatlán – Mexico, ella participa de las oraciones que son hechas semanalmente en la iglesia con las mamás del proyecto Madres en Oración.

Su hijo Edgar era extremadamente rebelde, gorsero, estresado, rompía todo adentro de la casa. Intentó el suicidio, estaba con depresión, usaba drogas y tenía otros vicios.
Desde que empezó a participar y a orar con el grupo, buscó la dirección y fuerzas para solucionar esos problemas.

Durante los 6 meses que está orando por su hijo, pasó por muchas luchas pero, con victorias. Ahora él está totalmente transformado, quiere vivir, es un nuevo hombre y está liberado de los vicios.
“Agradezco a Dios por ese milagro” – ¡dice su mamá con una gran sonrisa en su rostro!

Madres en Oración - Mazatlán - México

  
  Colaboró: